lunes, 13 de julio de 2020

13 de Julio 2020

13 de Julio 2020 
La habitación de los esqueletos.





Santoral, o nombres que jamás pondría a mis hijos/as:
Esdras, Turiavo o Miropa.

Un día como hoy, del año 1930, comienza el Primer Campeonato Mundial de Fútbol en Uruguay. 
En 1974, El escultor y profesor Ernő Rubik inventa el Cubo de Rubik, un rompecabezas mecánico tridimensional, en Budapest.

Celebramos El Día Internacional del Director de Orquesta.
El Día internacional de las Tejedoras.
En Argentina, El Día Nacional de las Telecomunicaciones y El Día del Trabajador de la Energía Eléctrica.
En El Salvador, El Día del Ingeniero Civil.
Hoy, 13 de julio celebramos, también, El Día Mundial del Rock y El Día Internacional del Sarcoma.
Míticas bandas de Rock, Queen, Rolling Stones, Metallica, Pink Floyd, AC/DC, Led Zeppelin Deep Purple o The Beatles, entre otras.



Hoy, en Mi Diario, estreno el relato corto: "La habitación de los esqueletos"
Espero que os guste, si es así, comparte el enlace con amigos y familiares.



"La habitación de los esqueletos"

En la tétrica casa del inhóspito bosque, había un saloncito azul.
En el saloncito azul, había una puerta blanca.
En la puerta blanca, había un cartel celeste.
El cartel celeste, tenía rotuladas en letras negras “Prohibido el paso”
Mi curiosidad pudo más que las letras negras.
Abrí la puerta blanca, no sin esfuerzo. 
Chirriaron las bisagras, aunque no se oyeron, pues la música de la habitación, estaba muy alta.
El aposento estaba repleto de esqueletos y el olor era nauseabundo.
Bailaban muy pegados, la danza de los armazones óseos.
De vez en cuando, se enredaban, invisibles los huesos de unos con los de otros, cayendo al suelo, en montones de húmeros, costillas y escápulas.
Las escolopendras se pasean por los occipitales, frontales, parietales y temporales, entrando y saliendo de los cráneos, por las órbitas huecas y vacías de los ojos.
Cientos de moscas verdes y gordas, revolotean, con sus patas peludas, por la estancia.
Pugnan en feroz batalla con los gusanos, por un trocito de carne en descomposición, que aún quedan, en los huesos de algún esqueleto.
En el suelo, crujen fémures, cúbitos, húmeros, rótulas, radios, tibias y peronés.
Siguen con el baile fúnebre los esqueletos, frágiles y en equilibrio mortal, para no derrumbarse y caer, amontonados.
Ellos son felices ahora, marcharon de un mundo enfermo, contaminado por los virus coronados, falsos reyes para osos egoístas: envidiosos, ambiciosos, ansiosos y codiciosos.
Todos los esqueletos vienen hacia mí. 
Me abrazan.
El que abre la puerta, por curiosidad, de la habitación de los esqueletos, caerá irremediablemente, a la danza de la muerte.
¡Descanse en paz!

                                                                      Autor: Ángel Maldonado Alba





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