27 de Enero 2020
Certificado digital
Hoy tengo una nueva cita con mis
amigos, los funcionarios.
Esta vez en las oficinas de la Junta de distrito número 3,
en Ciudad Jardín.
Necesito que me tramiten un
certificado digital, que solicité a la fábrica nacional de moneda y timbre, a
través de Internet.
Con este certificado, puedes
hacer muchos trámites desde tu ordenador, sin necesidad de desplazarte.
Hay dos trabajadores. En un
pequeño mostrador, te recibe el primero.
-¡Buenos días! Antes de nada le voy a
sacar un numerito. ¿Qué desea?
-¡Buenos días! Para el certificado
digital.
-Eso mi compañero, ahora cuando le toque
el turno.
-Gracias.
El compañero está en una mesa,
atendiendo.
La oficina se va ambientando, y
no para de llegar gente.
El funcionario del mostrador
es puro nervio. Entrega los números,
atiende las dudas, y realiza algunos trámites.
Según observo, en mi espera, hace
los certificados de empadronamiento.
En unos pocos minutos me toca a
mí. Paso y me siento.
Otros pocos minutos y ya está.
-En breve recibirá en su correo
electrónico, la confirmación.
Mientras, el del mostrador
contesta a un señor que está rellenando un impreso.
-No le puedo decir. Yo no se dónde usted
nació.
-Pero la provincia es Málaga ¿no?
-Pues Málaga. Donde usted naciera. No me
pregunte el resultado del Madrid – Barcelona. Yo adivino no soy.
Con mucha gracia, y sin dejar de
sacar números, de entregar certificados de empadronamientos, atendiendo al
público…
-Adiós.
-Adiós, buenos días.
-Muchas gracias.
Me despido y salgo muy contento,
con mi gestión bien hecha, con un trato agradable y correcto.
He sido atendido por funcionarios
eficaces y resolutivos.
Son dos, pero trabajan como
cuatro.
-Pero la provincia es Málaga
¿no?
Cuando llego casa, ya está en mi
correo electrónico, la notificación.
¿Quién ha dicho que los
funcionarios no trabajan?
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