19 de Enero de 2020
El viento.
El viento ha tirado la jaula del
pájaro, y muchas cosas más. El viento se lo lleva todo. Es el movimiento, en
masa, del aire. El aire es algo más natural y más suave. Cuando una persona se
parece a alguien, se dice vulgarmente: “se
le da un aire…”
¿Deberíamos decir cuando dos personas son idénticas: “se le da un viento”?
En definitiva que el aire es más suave y poético que el
viento.
Al viento, según su intensidad, se le llama brisa, temporal,
tormenta, huracán o tifón.
El viento tiene algunas habilidades, como por ejemplo
alborotar los cabellos, acumular todos los papeles y basura en la puerta de
casa, llenarte de arena la tortilla en un día de playa… Y, el más romántico, es
que sabe silbar.
El aire, según la temperatura, lo podemos llamar aire frío o
aire caliente, que en Málaga se le conoce como “terral”. Cuando hace terral, donde mejor se está es en los
portales de los bloques.
Me olvidé del pájaro. No tiene nombre. Llegó un buen día a
la cocina, como Carlos Arguiñano, y mi
mujer lo cogió y lo metió en una jaula. Es un mixto, híbrido de Jilguero y
Canaria. Canta mucho mejor que el viento silba. A pesar del destrozo de la
jaula rodando por el suelo y con la puerta abierta, el pájaro no se ha
escapado. No me hubiese disgustado si se hubiera marchado, pues aunque me
alegra su canto, me duele su cautiverio.
Bueno, os dejo, voy a terminar de recoger todo lo que el
viento ha tirado al suelo, en mi patio. Me quedo con el viento y con el canto
del mixto.
Hay un refrán que dice “a las palabras se las lleva el viento”
Otro que dice “a la mujer y al viento, pocas veces y con
tiento”
Hasta otro día.
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