19 de Febrero 2020
Siempre que riego, llueve
Esa es una
de las leyes de Murphy, que se cumple, siempre, en mi patio. Siempre que riego,
llueve al rato.
Lo sé, pero no puedo contenerme, y si no llueve…
Aquí me tienes con la regadera, llenándola de agua y
descargando el líquido en las macetas. Trabajando para ná, pues no pasan ni
cinco minutos, desde que termino, y se pone a chispear.
Mira que yo no iba a regar, que estaba mirando unas nubes
negras, y comentando en voz alta: parece que va a llover.
Pero como no llovía, me puse a regar, y eso significa que
recién terminado, comienza a llover.
Es como cuando se te cae una tostada, con manteca colorá al
suelo. Siempre cae con la manteca pa bajo. Ley de Murphy.
Pues no, ley de la gravedad de Newton, el peso de la
manteca, hace que caiga con la carga para el suelo.
Todo lo que pueda suceder, sucede, pero del lado negativo.
Nunca llueve a gusto de todos.
Siempre que llueve, escampa. Algunas veces tarda en
escampar, si no que se lo pregunten a Noé, que si no tiene el arca preparado,
se ahoga todo bicho viviente.
El agua es vida, concretamente H2O.
Algo debe tener, cuando arruga los cartones y oxida el
hierro.
Yo por si acaso, me voy a tomar una San Miguel, salud, va
por vosotros.
Eso pasa cada vez que limpio los cristales de casa.
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